Emerge como paradojico en la realidad republicana y la " revolucionaria " el hecho de que rudos estibadores del puerto habanero resultasen a la larga clasicos prototipos de bugarrones ( hombres penetrando y poseyendo en un coito clandestino a otros ) de arrabal. Leamos con interes , lo que nos relata Carlos Franqui. En su remembranza, " Cuba, la Revolucion : ? Mito o Realidad ? " el autor nos refiere lo que sucedia en un famoso parque habanero, obligada cita nocturna de parejas furtivas, donde otrora estuviese ubicada la colonial y tenebrosa carcel de Tacon.Como casi todo en esta disfuncional isla donde un buen dia reino la represion y el terror del poder colonial luego fluyo el placer:"El parque de los Enamorados, a un lado del paseo del Prado,donde nace el Malecon, frente al castillo del Morro y La Cabana,era muy bello, siempre estaba lleno de gente, parejas en la oscuridad, que sin alevosia se daban tremendos mates, mirones, rascabucheadores, manos muertas, delicias en aquello de hacer y vivir el goce ajeno, incluso con manuelas. No faltaba quien acariciaba las bellas nalgas de Apolo, la estatua del dios que alli estaba. No conocia entonces aquellas manifestaciones del machismo, nada varonil, popularmente llamada " buganvilia " para disminuir la violencia de la palabra castellana " b u g a r r o n " , que a los oidos cubiches no sonaba nada erotica. El macho, muy macho, podia templarse al otro macho, su culo sagrado, su virginidad nada violada, ni por urologos, si acaso habia mal de prostata, era su secreta garantia ese no perder el culo, que era como perder el honor, cogerle el siete al otro, era un acto bien m a c h o. Los negrones del puerto de la Habana, los estibadores, llamados entonces " caballos, ( ), alquilaban su trabajo que era muy pesado a alguien que no lo tenia y que se lo hacia por mucho menos, t r e m e n d o s n e g r o n e s, casi todos abacuas,la religion africana,que no admite la mujer,santeros... Pues bien, algunos de aquellos b u g a s h a b a n e r o s se disputaban el delicado culo del dios Apolo, le ponian sus firmas, " Esta es mi mujer ", y si alguien lo borraba, habia bronca. Cuando conoci la literatura y la mitologia griega me sorprendio el amor de los griegos por los efebos, la coincidencia entre los refinados atenienses y estos primitivos habaneros, amantes de las nalgas de Apolo; si aquellos preferian al Apolo menos Narciso, estos se enamoraban no narcisisticamente de las nalgas de marmol de Apolo, como si la belleza y la buganvilia fueran inmortales.
miércoles, 15 de junio de 2011
ESTIBADORES BUGARRONES
Emerge como paradojico en la realidad republicana y la " revolucionaria " el hecho de que rudos estibadores del puerto habanero resultasen a la larga clasicos prototipos de bugarrones ( hombres penetrando y poseyendo en un coito clandestino a otros ) de arrabal. Leamos con interes , lo que nos relata Carlos Franqui. En su remembranza, " Cuba, la Revolucion : ? Mito o Realidad ? " el autor nos refiere lo que sucedia en un famoso parque habanero, obligada cita nocturna de parejas furtivas, donde otrora estuviese ubicada la colonial y tenebrosa carcel de Tacon.Como casi todo en esta disfuncional isla donde un buen dia reino la represion y el terror del poder colonial luego fluyo el placer:"El parque de los Enamorados, a un lado del paseo del Prado,donde nace el Malecon, frente al castillo del Morro y La Cabana,era muy bello, siempre estaba lleno de gente, parejas en la oscuridad, que sin alevosia se daban tremendos mates, mirones, rascabucheadores, manos muertas, delicias en aquello de hacer y vivir el goce ajeno, incluso con manuelas. No faltaba quien acariciaba las bellas nalgas de Apolo, la estatua del dios que alli estaba. No conocia entonces aquellas manifestaciones del machismo, nada varonil, popularmente llamada " buganvilia " para disminuir la violencia de la palabra castellana " b u g a r r o n " , que a los oidos cubiches no sonaba nada erotica. El macho, muy macho, podia templarse al otro macho, su culo sagrado, su virginidad nada violada, ni por urologos, si acaso habia mal de prostata, era su secreta garantia ese no perder el culo, que era como perder el honor, cogerle el siete al otro, era un acto bien m a c h o. Los negrones del puerto de la Habana, los estibadores, llamados entonces " caballos, ( ), alquilaban su trabajo que era muy pesado a alguien que no lo tenia y que se lo hacia por mucho menos, t r e m e n d o s n e g r o n e s, casi todos abacuas,la religion africana,que no admite la mujer,santeros... Pues bien, algunos de aquellos b u g a s h a b a n e r o s se disputaban el delicado culo del dios Apolo, le ponian sus firmas, " Esta es mi mujer ", y si alguien lo borraba, habia bronca. Cuando conoci la literatura y la mitologia griega me sorprendio el amor de los griegos por los efebos, la coincidencia entre los refinados atenienses y estos primitivos habaneros, amantes de las nalgas de Apolo; si aquellos preferian al Apolo menos Narciso, estos se enamoraban no narcisisticamente de las nalgas de marmol de Apolo, como si la belleza y la buganvilia fueran inmortales.
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